La güeva

Cultivar la güeva es una expresión que solo se entiende en México, donde la güeva es una maravilla sabrosa, que se disfruta. La güeva es un sentimiento, una forma de estar. Hace varios años se puso de moda la fiaca pero la güeva volvió por sus propios fueros. El mexicano no se entiende sin la güeva, la querida güeva.

Últimamente he tenido mucha güeva. A veces, en el trabajo, basta parar unos segundos, relajarse, entrecerrar los ojos y mover la cabeza de un lado a otro, lentamente, para apreciar lo sabrosa que es la güeva.

Ser güevón no es insulto. Todos, en alguna medida, somos güevones. Aun los que se dicen muy trabajadores tienen sus momentos, y es que para que el trabajo salga bien, no hay nada como aprovechar los ratos de güeva, por escasos que sean.

Hay lugares en México donde se usan unos monumentos a la güeva que se llaman hamacas, disfrutar de la güeva en una hamaca cuando  hay solecito es un privilegio reservado para pocos. El calorcito y la güeva van de la mano y cuando llega el frío, la güeva se disfruta enredado en un sarape de Saltillo.

La güeva se disfruta solo, pero también en compañía. Es contagiosa. Se han visto por ahí grupos grandes de güevones disfrutando la güeva.

La güeva no discrimina, jóvenes y viejos, chuecos y derechos, todos disfrutan la güeva que es, además, madre de mucha creatividad y es que ¿quien no ha inventado una manera mejor y más rápida de hacer algo solo para disfrutar un poco de güeva?

Sin güeva no habría pintura. Antes de de pintar hay que contemplar y ¿qué es la contemplación sino la prima elegante de la güeva? La poesía no se escribe sola, hace falta un poco de güeva para que llegue la inspiración. Seguro pasa lo mismo con la música.

La güeva es parte de nuestra identidad. Hay que saberla disfrutar de la misma manera que se debe disfrutar el trabajo, como hermanos que se complementan.Disfrutemos de la güeva, pero por favor… ¡Sin abusar!






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