La desidia

La desidia es el lado oscuro del cerebro tomando el control.
Uno sabe que tiene que hacer algo, y sabe que tarde o temprano lo va a hacer pero… entra el lado oscuro que decide que mejor mañana.
Hay quienes dicen que se trata de fuerza de voluntad y sí, alguna razón tienen, pero cuando la fuerza de voluntad es débil pues ¿Qué le vamos a hacer? La desidia gana.
Mi madre me repetía: “No dejes para mañana… bla bla” A mí me hubiera gustado explicarle que no es cosa de que uno quiera, es cosa del lado oscuro que a veces anda con una potencia que no nos deja ni movernos de la desidia.
¿Alguno por ahí sabe cómo funciona el cerebro? Yo, la verdad, ni idea tengo. Sé que tengo que llenar una forma y mandarla, la pongo en el buro junto a la cama, digo “Mañana la mandas”. Mañana llega y se va y nada… Así se pasan los días y las semanas y un buen día me digo “Hoy sí”, ni yo me la creo porque ya he oído el “hoy sí” varias veces pero… Hoy sí… ¡Maravilla!
El gusto de haber cumplido con un pendiente es grande. Uno dice “voy a recordar que bien se siente la próxima vez que quiera posponer algo”. Y si, es en serio, uno piensa que ya cambió y está orgulloso, hasta la siguiente vez en que, ni tardo ni perezoso, el lado oscuro dice “mañana”. Y es que el mañana no se ve tan lejano, mañana está, prácticamente, a la vuelta de la esquina. Sin embargo, se niega a llegar. Mañana se convierte en dos mañanas y luego en tres y luego en más de una semana.
Hoy ganó la luz, después de varias semanas de triunfos del lado obscuro, cual eclipse total.Hoy ganó la luz. Iba a escribir esto mañana pero, una vez entrado en la luz, me lo aventé hoy. A ver cómo me va mañana…

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