El business

Ayer platiqué mucho con Sami, mi cuate egipcio. Cuando no está Byron, mi jefe que es medio conservador,  aprovechamos para hablar de política. Ayer platicamos de otras cosas.
Nos conocimos porque él trabajaba en «Bally Total Fitness» que en esa época era la cadena de gimnasios más grande de los EUA.
Le hicimos un sistema para darle seguimiento al costo de la electricidad, agua, etc. en todos los gimnasios. Con gráficas comparando contra el año anterior y siguiendo las tendencias y  reportando «picos» en consumo que en algunos casos eran resultado del clima (las graficas también tenían información del servicio meteorológico para el código postal del gimnasio). Gracias a esa información encontró errores en la facturación y ahorro mucho dinero a su compañía. El sistema (yo no me acordaba) le costó alrededor de 50  mil dólares.
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Hicimos otras cosas para él pero un sistema interesante fue el de «Merit increase» incremento de salarios basados en el mérito. Cada «jefe» distribuía el presupuesto para incrementos salariales basado en el rendimiento de su gente, a su vez, su superior revisaba las evaluaciones y lo calificaba a él, y así, hasta el jefe de división, todo se manejaba a través de correos electrónicos. El sistema me dice, les costó alrededor de 60 mil. Hicieron toda la lucha por hacerlo disponible para toda la compañía. No pudieron.
Un par de años después, «Bally’s» decidió comprar un sistema llamado «People Soft», que básicamente hacía lo mismo que el nuestro con algunas pequeñas añadiduras. El costo inicial fue de un millón (si, un millón de dólares) más un costo mensual por «mantenimiento», más entrenamiento… (el nuestro era muy fácil de entender, no hacía falta entrenamiento).
Obviamente no por no usar nuestros sistemas a nivel compañía, sino por otras razones, «Bally’s» acabó quebrando.
Si es que hubiera alguna moraleja en lo que les platico, sería que la falta de comunicación entre los altos ejecutivos y los que hacen la chamba hace que se tomen decisiones estúpidas. La otra moraleja es que debemos de vender nuestras fregaderas mucho más caras, jajaja.

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