Mi lana defendiendo Nazis



La Unión de Libertades Civiles de EEUU, ACLU por sus siglas en inglés es una de las pocas instituciones a las que mando un poco de dinero (la otra es Médicos sin Fronteras).
Durante la última campaña presidencial mandé algo de dinero (no estamos hablando de sumas grandes) al partido Demócrata.
En la elección de un congresista en Georgia se gastaron 56 millones de dólares, cifra récord,  los demócratas perdieron, nuevamente.
Decidí, y no creo ser el único, dejar de mandar dinero a un partido incapaz de derrotar a la aberración que es Donald Trump. En su lugar, mando lo que puedo al ACLU. ¿Por qué el ACLU? Básicamente creo que es la institución que puede, si no detener, cuando menos aminorar los efectos de la presidencia inmoral.
La ACLU es un grupo de abogados de excelencia, comprometidos con la causa de las libertades civiles. Fueron los primeros que se opusieron a la prohibición de permitir a ciudadanos de 5 naciones islámicas entrada a los EEUU. La ACLU tiene la rara (para la agenda progresista) costumbre de ganar. En los 60s la ACLU estaba en las trincheras contra la segregación, llevando casos hasta la Suprema Corte y, al final, ganando.
En la reciente demostración KKK-Nazi de Charlottesville, la ciudad propuso reubicar la marcha de los Nacionalistas Blancos…. ¿Quién los defendió en las cortes? La ACLU. Y es que las libertades civiles son sagradas. El derecho de reunión, el de petición, la prensa libre, la libertad de expresión tienen que ser defendidas… Especialmente cuando no estamos de acuerdo con quienes requieren defensa.
Si hoy decimos que los del KKK no tienen derechos civiles, mañana serán los afroamericanos o mexicanos. El derecho se defiende por principio, no solo cuando estamos de acuerdo con la causa.

¿Estoy feliz de que mi dinero se use para defender Nazis? ¡Absolutamente no! Pero es el precio que hay que pagar por la libertad de TODOS.

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