Tengo que decir lo que tengo que decir….

No voy a votar por Morena. Si les sirve de consuelo a mis amigos morenos, tampoco voy a votar por el PRI o por el PAN.

La idea de Morena me gustaba, un partido de izquierda dispuesto a acabar con la impunidad, dispuesto a encarcelar a muchos políticos corruptos. Una Renovación Nacional, como su nombre los sugiere.

Tengo dos problemas con Morena, uno, su líder, López Obrador, actuando un poco Trump, buscándose pleitos gratuitos. Su pleito de la nada con Denisse Dresser no me gusto nada, especialmente por que la Dresser es una periodista íntegra e inteligente. La actitud de «estás conmigo o estas mal» no produce buenos resultados, me he cansado de verlo en la actual administración estadounidense. El camino de satanizar a la prensa libre conduce a la dictadura y México, mi querido México, no se merece eso. A pesar del lodazal asqueroso en que nuestros políticos convirtieron a la política mexicana, el país se ha salvado de dictaduras, espero que siga así.

El otro problema es su alianza con el Partido Encuentro Social, un movimiento salido del más obscuro rincón de la ultra derecha religiosa. El progresismo no puede o no debe aliarse con los adalides de un pasado que quedó atrás con la victoria de Benito Juárez sobre los Conservadores y de Calles contra los Cristeros.

Ganar es importante, pero ganar con principios lo es aún más. No se pueden sacrificar el bienestar de una minoría a favor del bien de las mayorías. Si para ganar se tiene que echar al cubo de la basura la igualdad de todos los mexicanos, no vale la pena ganar.

Creo que López Obrador va a ser el próximo presidente de nuestra nación. Si es así, le deseo toda clase de éxitos, un presidente es exitoso en la medida en que el país es exitoso. Aplaudiré su lucha contra la corrupción en la medida en que sea efectiva, pero seré el primero en denunciar lo que considere incorrecto. Hoy denuncio su alianza con el pasado mas retrograda de nuestra historia.

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