La moral...

El jueves tuve una buena discusión, gente inteligente y muchos wiskis. Era un buen grupo de afroamericanos con los que disfruté la tarde… Exitosos y cordiales, en algún momento alguien se refirió a “the black and brown people”... ellos son los “black” yo era el único “brown” y había dos “white” como se refieren a los norteamericanos de origen europeo por aquí.


Un maestro de literatura, un bombero, un director, retirado de el metro en Nueva York, todos cordiales, todos bromeando, todos con la buena intención de pasar un buen rato… Hablamos ¿De qué más? De las mujeres. Historias muy divertidas de las relaciones de parejas… De ahí, y debido al escándalo de las admisiones en las universidades más prestigiosas, el maestro universitario nos explicó muchas de las deficiencias del sistema educativo.


El tema inevitable no dejó de hacerse presente cuando alguien mencionó que la religión es necesaria por que es una fuente de moral… Con mucho cuidado de no ofender a nadie, expliqué que en mi opinión, la verdadera moral es secular,  que si de algo carece la religión es de moralidad….


Las leyes, seculares, prohíben el asesinato y los robos, no por mandato divino sino por razonamiento humano. Es moral, les dije, el aceptar que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, muchas batallas dieron ellas para poder votar y trabajar en las mismas condiciones que los hombres. Aún hoy hay diferencias entre el salario que percibe una mujer y el que percibe un hombre y, como entes seculares y morales, aplaudimos leyes para abolir esa discriminación.


La religión es inmoral, las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres por que “Dios así lo ordena” y bueno… no se puede cambiar a las iglesias, no se puede exigir que las mujeres sean ordenadas sacerdotes, pero sí se puede afirmar que la institución es inmoral.


Como padre de hijas inteligentes, seculares y morales, que entienden y exigen trato igual, no puedo dejar de pensar que ellas, mis hijas, son mucho más “morales” que cualquier sacerdote que se siente superior a ellas porque “Así lo ordena Dios”.


El uso de anticonceptivos y el derecho de decidir sobre su propio cuerpo son valores seculares, que no sólo permiten  mejores condiciones de vida para las mujeres, sino que son detonador clave en el combate a la pobreza. El cura que predica contra los anticonceptivos obliga a comunidades enteras a continuar el círculo vicioso de la miseria.


Al final dije que no soy religioso porque soy moral, creo que hubo entendimiento de mi punto de vista y respeto… Tarde memorable.

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