El IFE que ahora se llama INE.

Encabronado me paso la calle de mi casa. Doy vuelta a la manzana y me paso la casa en la que vivo… Chingao. Ahí te voy en reversa.


El dragón de las mil cabezas que es la burocracia me volvió a ganar… Al final, hasta cuando ganamos y obtenemos el documento que necesitamos, salimos con un sabor amargo en la boca después de tantos trámites.


Hace poco más o menos un año, se acordarán los dos amigos que me leen, fuí al consulado Mexicano en Santa Ana, o como dicen los gringos dicen que decimos los mexicanos Santana.


El chiste es que la idea era obtener pasaportes para toda la familia, ya entrados en documentos pues pedí la credencial del INE. Feliz, con mi pasaporte, me puse a esperar el INE en el correo. Sigo esperando.


Me cambié a Mexicali y el primer lugar que visité fue la oficina del INE. Me dijeron que no hacían nada hasta que pasaran las elecciones. Pues ni modo, con la esperanza de que el partido del presidente perdiera, me puse a esperar.


Al día siguiente de las elecciones, y con la fe todavía en el INE, y recordando que habían hecho una labor encomiable, pues ahí te voy.


-¿Tiene cita? Fue lo primero que me dijo la señorita. Pues no, le dije, nadie me explicó que necesitaba cita. -Sí, la tiene que sacar en línea. Sabiendo que los sitios del gobierno mexicano nomás no jalan a la primera, me senté a la computadora. Me dio gusto que sólo tuve que intentar 3 veces.


No recuerdo las fechas, pero el día de la cita a la hora pactada me presenté en las oficinas donde trabaja una señora bajita y con carácter de carcelera, le quise detener la puerta, caballero que es uno, y me gritó que la soltara. 


Por fin la carcelera me deja pasar y la señorita revisa mis documentos y me dice que los mayores de 60 años no necesitan cita. Muchas pinches gracias pensé yo, pero me quede callado.


Lleno papeles, me toman huellas y foto. ¡Ahí vamos! Pensé. Equivocado, siempre equivocado. La señorita me dijo que necesitaba otra acta de nacimiento por que la mía no aclaraba si yo era niño o niña. Yo hice la finta de jalar mis pantalones y ver a la vez que decía -Señorita: ¡Yo tengo prueba!


Ahí te voy al ayuntamiento de Mexicali. Me atienden muy rápido y me dieron una acta para niño, le dije a la señorita que nadie me había tratado tan bien y tan eficientemente, ella me contestó que había sido un día pesado y que yo le había alegrado el fin de día. Ya reafirmado en mi masculinidad ahí te voy de regreso al INE.


Otra vez a los documentos, las huellas y las fotos. -Acabo de estar aquí hace una hora, ya me tomaron huellas. -No guardamos nada. Ni modo.


Me dan un comprobante para que recoja mi credencial del IFE. Feliz me voy a casa a esperar el feliz día. 


Llega el día feliz y ahí te voy. Desde que se tardaron un poco buscando en un archivo, yo, viejo lobo de estas lides supe en lo más profundo de mi ser que no me iban a dar mi credencial.


No me equivoqué. En estas lides, si el presentimiento es de que algo malo va a pasar, pues eso malo pasa. 


Fue a otro lado, regresó, busco en la computadora, hablo con otra señorita mientras el dolor de estómago del mal presentimiento crecía. Finalmente regresa y me dice que necesito el CURP. ¿No le dijero que necesitaba el CURP? 


Con mucho trabajo, y dado que ella no tenía el menor interés en escucharme, le dije que si alguien me hubiera dicho que necesitaba el CURP, no me hubiera ido feliz de la vida con mi comprobante a esperar mi credencial. Contra toda lógica, la señorita me dijo que no se trataba de lógica, con una lógica aplastante.


Mi CURP dice que soy CAMBUSTEA en lugar de CAMBUSTON. ¿Por que a mí le preguntaría a las deidades si creyera en ellas? Yo creo que si por ahí hay un Dios con un sentido cruel del humor, hacía que tantas cosas me pasaran. Yo ya sabía y cuando estaba en el Ayuntamiento frente a la más amable burócrata le dije que mi nombre estaba mal. Me dijo que no lo podía corregir en BC, que tendría que ir a Sonora. 


Salí de la oficina IFE y fue donde me pasé dos veces del lugar donde quería ir, asi me pasa cuando me sacan de mis casillas.


Al dia siguiente…


Retomo el tema después de otra batalla con el dragón. Al parecer esto va a ser varios capítulos por que le salen más y más cabezas al dragón de la burocracia.


Yo había planeado ir a San Luis Rio Colorado, SONORA, pero mis amigos me insistieron en que es un asunto Federal y me lo deber resolver en Baja California. Por aquello de no dar vuelta de oquis, pues me fuí al registro civil antes de emprenderla rumbo a Sonora.


Llego a las oficinas de la burocracia de Baja California, la cueva del dragón. A nadie se le ocurrió ponerlas en diferentes partes de la ciudad para evitar el tráfico, me aventé 3 vueltas sin saber exactamente que edificio me tocaba, no traía efectivo. Entre a un estacionamiento de paga, con la esperanza de que encontrar una máquina de dinero.


Pregunto por el registro civil, llego y me preguntan cual es la causa de mis pesares, les dije que era el CURP. -Esto es el ayuntamiento, tiene que ir al Estado. Ahí te voy, por escaleras y rampas hasta llegar a otro edificio donde me preguntaron, dije registro civil y me dijeron que en el ayuntamiento… con risa les dije que de ahí me habían mandado al estado por que se trataba del CURP. Me dieron las pistas correctas y ahí te voy.


Como era de esperar, no podía entrar sin cita, la cita es en línea y tratar de abrir el sito con mi teléfono pues… para que les platico. Lo bueno es que tenían máquina de dinero para el estacionamiento. Acordándome de que algunos nos tratan bien a los viejos. Le dije al guardia que ya llevaba un año batallando, que me diera chance. -Pásele pero si no lo atienden no se vaya a enojar.


Me puse en la fila de otras dos pobres almas que sí tenían cita, cuando me tocó me pregunto de que se trataba sin mencionar la cita. Le expliqué, le dí mi CURP y, después de unos teclados me informó que me habían dado de baja. ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Por qué?. Preguntas retóricas que uno se hace sabiendo de antemano la respuesta -No sé.


-Pues déme de alta otra vez y de paso corrige mi apellido. -Pues no se puede. Aparentemente las bases de datos son para cada estado, sólo en Sonora me pueden ayudar. -Ahora mismo me voy a San Luis, le dije. Muy amable me dijo que mejor hablara antes de ir, obviamente él saba más del dragón. Me dio el teléfono y hasta me escribió lo que tenía que decir (que me habían dado de baja bla bla).


Me senté en la primera banca bajo un árbol y marqué… Me explicaron que altas y bajas sólo se puede resolver en Hermosillo, la capital. Me dió un correo electrónico donde me iban a ayudar. Yo ya había intentado resolverlo por correo con la capital del país, peor iba a ser en la capital del Estado. 


La máquina me dió un billete de 500 pesos, ví un señor que vendía tacos y aguas, muy amable me dijo que el me daba el cambio que quisiera, tenía aguas de guayaba con algo más, de limón con pepino y de jamaica con otra cosa. La de limón estuvo muy buena. Con ganas de descargar mis dolores ante quien fuera medio conte lo del niño o niña y cómo casi les enseño el aparato. Una señora muy amable se rio un poco y me pregunto sobre mis pesares.


Resultó muy simpática, es retirada como yo y tiene un sobrino que es regidor de San Luis. Le habló a su hija en San Francisco para pedir el número de teléfono, y le marco al sobrino a quién le dijo pinche chapulín por que se había cambiado (saltado) a otro partido político. Ella confesó ser priista y dispuesta a morirse priista. 


Tomamos fotos de mis documentos con su teléfono, el sobrino habló con alguien más y prometieron ayudarme. Contento regresé a mi casa donde he estado consultando mi CURP que sigue desplegando mi apellido incorrecto.


Mi querido hermano vive en el ahora Estado de la Ciudad de México, se ofreció a enfrentarse al dragón en la capital, le mande fotos de mis documentos y me puse a escribir esto.

 

Mandé un correo al Estado y otro al Nacional, incluí copias de mi pasaporte, acta de nacimiento (de niño) y en CURP incorrecto.


Al dia siguiente…


El Estado de Sonora nunca me contestó. Del CURP nacional me llego un correo de un señor de nombre Estoy y de apellido Ausente. Don Estoy me dijo que me contestaría otra vez en 10 Días.


Así se fue el dia, sin muchos eventos, con lo que yo llamo 3 veladoras. La de la señora platicadora que conocí en las aguas, mi hermano al que le dijeron que era muy fácil y lo va a hacer el viernes y los dos correos, que para simplificar pongo juntos y de los que no espero nada.


Me fui a dormir con la esperanza. 


Al dia siguiente…


Tuve que ir al doctor. Eso es otra historia, pero al regresar a la casa, y ya por inercia, checo mi CURP y… ¡Sorpresa! ¡Ya existo en México! Mi apellido es correcto. Ahora falta ir al INE. Siendo como soy, un poco pesimista, no dejo de pensar que me van a salir con algo… espero equivocarme


El lunes siguiente… 


Llevo el nuevo CURP, me dicen que en 5 o 10 días. No quise preguntar si eran 5 o 10. A los 5 volví para que me dijeran que en 15 días, creo que estan ocupados con la burrada de consulta del presidente.


El siguiente lunes...


Dejo pasar otra semana y cuando toda la esperanza esta perdida, visito al INE y con una sonrisa la señorita me da mi credencial junto a una admonición acerca de la responsabilidad que implica el tener la credencial. Yo feliz. 


¿Ahora que hago con mi credencial? Ya sabía de la consulta del presidente. La vuelvo a leer: 


“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”

 

No entiendo a partir de cuándo se necesita hacer una consulta para poder aplicar la ley. Quisiera que incluyeran otra pregunta:


“¿Estás de acuerdo o no en que el señor del palacio nacional se gaste 500 millones en preguntar si puede aplicar la ley?”


A esa consulta si le hubiera entrado, por lo pronto guardo mi credencial para utilizarla en una elección que tenga algún sentido.




Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares