En Walmart

Bromeo con los guardias de Walmart. Nunca verifican mi nota con mi mercancías. Le digo a uno:

-Usted piensa que los de la tercera edad somos honrados.

 

-Si. Responde con una sonrisa.


-Recuerde que muchos de nuestros políticos son de la tercera edad.

 

Creo que se quedo pensando.



Voy a Walmart y pregunto, a una señora de la tercera o cuarta edad donde están las pizzas. Me lleva a un lado de la tienda para comprobar que no están ahí, de ahí la emprende al otro lado de la tienda. Yo detrás de ella.
 
-Señorita, usted me quiere poner a caminar por toda la tienda. Seguro vio a este gordito y pensó “Lo voy a poner a hacer ejercicio”.
 
-Señor, usted dígame cuántas quiere y yo se las traigo para que no tenga que caminar tanto.
 
-No me haga caso señorita, yo voy a donde usted me lleve con gusto, le doy lata por que me gusta mucho dar lata a las muchachas bonitas como usted.
 
Una sonrisa que me salió gratis y me llevé conmigo en lugar de las pizzas que no pudimos encontrar.



No voy a baños públicos a menos que TENGA que ir a un baño público.

 

Cuando sentí que no iba a llegar hasta mi casa pregunté por el baño. -Frente a la caja 12. Ahí te voy.

 

Hay conos frente a la entrada a los servicios para hombres y mujeres y una cubeta de esas amarillas con un trapeador.

 

Veo a un pobre joven con cara de sufrimiento -Ya llevo media hora esperando, me dijo.

 

Le grito (para que me escuche) a la afanadora -¿Le falta mucho? ¡Ya no aguanto! -No mucho contestó sin darme muchas esperanzas.

 

Como la voz salió del lado de las mujeres, decidí, para evitar un problema mayor, saltar los conos y entrar al baño de hombres, no fui solo.

 

A la salida me alcanza el joven que me siguió para decir ¡Gracias¡ Compartiendo mi misma cara de satisfacción.





Comentarios

Entradas populares