Mexicali 1000

Los que vivimos en Mexicali entrenamos diariamente para la Baja 1000. ¿Cree usted que todos esos baches están ahí de adorno? ¡No, señor! Se trata de entrenar y seleccionar a los mejores conductores para la carrera...

Es emocionante viajar por nuestra ciudad. Lo primero al salir de la casa es enfrentarnos a los baches conocidos, aquellos que uno conoció de pequeños y que vio crecer en diámetro y profundidad. Esos baches conocidos son los que nos dan la bienvenida a las calles de nuestra Baja Mexicali 1000.

Conforme avanzamos, y sobre todo cuando nos vemos obligados a explorar rumbos desconocidos llenos de baches, se empieza a sentir la emoción. Calles de múltiples carriles donde uno alcanza a ver un bache desconocido que debe tener, cuando menos, 40 centímetros de profundidad y uno tiene que hacer uso de la experiencia acumulada para dar un volantazo sin estamparse con el carro de al lado.

El entusiasmo de los Cachanillas para la Mexicali 1000 es patente al llegar al primer semáforo: todos muy tranquilos esperando el cambio de luz para, medio segundo depués, colgarse de los claxones. Desde los camiones grandes, con cláxones serios, hasta los mini minis que deberían avergonzar al dueño con su bip bip.

Me dices que no es el municipio quien hace los baches, sino la naturaleza y el uso. Pero aquí está su error, mi amigo: algunos baches son naturales, los que vienen de la naturaleza, mientras que otros son artificiales, hechos por el hombre, y son conocidos como topes. Esos baches artificiales salen de repente, donde menos te lo esperas. Puedes manejar por 30 cuadras sin un solo tope, pero de repente, por cosas de la vida, te encuentras con tres topes en la misma cuadra.

Un amigo que no entiende mucho sobre la repartición del presupuesto del gobierno me dice que cuesta mucho dinero tapar baches, pero que pintar las rayas blancas separando carriles debe ser mucho más barato. Iluso que es mi amigo, insiste en que deberían pintar las calles. No sabe que pintar rayas acabaría con el triple salto mortal que incluye un bache, una curva sin rayas, un tope, un camión a tu derecha y otro en sentido contrario, cuando tienes 1 segundo para decidir si vale más tu vida o los amortiguadores de tu carro. Toda esta vida llena de emociones no es por accidente, es un plan elaborado para convertirnos en pilotos de la Baja 1000 o para medir nuestra paciencia, que sigue ahí, creciendo día a día.









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